Te aseguro que comer sano será la mejor elección que puedes hacer en tu vida y puede ser barato si eliges bien los productos y sigues los siguientes consejos.
Planifica tus comidas
Planificar lo que vas a comer durante la semana es una manera estupenda para evitar las tentaciones los días que llegas cansado a casa, como esa estupenda pizza precocinada. Tendrás a mano productos más sanos y rápidos de hacer como una estupenda y completa ensalada. Además tirarás menos comida a la basura, lo que te ayudará a desperdiciar menos alimentos y, por supuesto, menos dinero.
Haz la lista de la compra
Una vez hayas planificado tus comidas, establece una lista de la compra y ajústate a ella cuando vayas al supermercado. De este modo evitarás comprar cosas que ya tenías en casa pero no recordabas o comprar cosas demás que realmente no necesitas o no vas a gastar.
No vayas a comprar con hambre
Comprar con hambre es un verdadero error y un enemigo de tu objetivo de comprar comida sana. Según este estudio, por ejemplo, cuando tienes hambre tienes más probabilidades de comprar comida que no está en tu lista de la compra y hacer una compra impulsiva llena de productos procesados, ricos en calorías y bajos en nutrientes. En resumen, comprarás productos menos saludables. Pero eso no es todo, según este otro estudio de la Universidad de Minnesota, los compradores hambrientos gastaron un 64% más que los que iban a comprar con el estómago lleno.
Evita los productos procesados
Ni te imaginas cuánto dinero puedes ahorrar si empiezan a desaparecer de tu lista alimentos como los refrescos, snacks, patatas chips, etc. Y cuánto vas a ganar en salud ya que estos productos aportan más sal, grasas poco saludables y azúcares. Recuerda que lo primero que debes hacer para comer sano es evitar estar rodeado de productos poco recomendables y tener al alcance de tu mano comida saludable.
Compra los alimentos de temporada
Comprar alimentos de temporada y de cercanía es habitualmente más barato que comprar alimentos fuera de temporada o de lugares lejanos, ya que el transporte y almacenamiento encarecen su precio. Comer sano es uno de los beneficios que puede tener esta opción pero, además, estos productos suelen ser una mejor fuente de vitaminas, de minerales y de sabor. Tres por uno. ¡Yo no me lo pensaría!
Sustituye parte de la carne por otros tipos de proteína
La carne puede resultar cara, sobre todo los mejores cortes. Por ello puedes sustituir algunas de las raciones de carne por otros tipos de proteína como las proteínas vegetales que te puede aportar un buen plato de legumbres. En invierno las puedes consumir en guisos, pero también puedes consumirlas en forma de ensalada o como hamburguesas vegetales. ¡No te quedes sólo con el cocido!
Cocina más en casa
Cocinar más en casa te permite no sólo controlar los productos que añades a tu comida, lo que significa normalmente menos sal y menos grasa poco saludables, sino que además te permite ahorrar.
Además, las opciones de comida sana fuera de casa suelen ser bastante reducidas y repetitivas por lo que comer sano puede acabar resultando aburrido. En cambio, si haces tuppers la variedad puede ser mucho mayor. Te recomiendo buscar recetas por internet o echarle un ojo a mi Facebook o Instagram o al blog Truco o Plato en el que Pakozoic te da estupendas ideas.
Si cambias comidas fuera de casa por tuppers puedes mejorar tu alimentación y de paso ayudar a tu economía doméstica. Así que intenta introducir esta opción siempre que te sea posible.
Utiliza las sobras
Cuando cocinas en casa a veces quedan esas malditas sobras que acaban yendo a la basura. En lugar de ello utilízalas a tu favor. Cocinar más porción de lo que necesitas de algunos platos puede resultar de gran ayudar para no pasarte el día cocinando. Te recomiendo congelar por ejemplo las cremas de verduras o incluso platos de arroz con verduras o las berenjenas rellenas. Quedan igual de buenas una vez descongeladas y, además, pueden ser tu tabla de salvación esos días que llegas cansado a casa.
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